El toque físico y su importancia en el matrimonio
Un psicólogo llamado James Coan hizo un experimento donde una mujer en una resonancia magnética cerebral recibía descargas eléctricas cada vez que aparecía una “❌” en una pantalla, activando el MIEDO en su cerebro.
Él después comparó tres escenarios: sola, con un desconocido o con su esposo dándole la mano. Cuando nadie o un desconocido le daba la mano, su cerebro mostraba miedo.
Pero cuando su esposo le daba la mano, el miedo en su cerebro desaparecía por completo.
Piensa en ese esposo que recibe quimioterapia mientras su esposa toma su mano. El miedo se encoge.
Piensa en esa esposa que en su parto recibe un beso con amor de parte de su esposo. El dolor se disipa.
Dios nos creó perfectos. Los brazos largos para acoger al otro en un abrazo, los besos para decir sin palabras “te amo”, las manos para dar una palmadita de ánimo en la espalda.
Mi hijo tiene 6 años, aun no sabe leer bien y es probable que no se sepa los número del 1 a al 100 como sus amigos. Pero más allá de preocuparme por sus notas, ¿sabes cuál es mi preocupación? Que se sienta amado y que crezca en un hogar donde Dios no esté solo en las palabras de papá y mamá sino en la manera en que nos demostramos amor.
Los besos y los abrazos son la manera en que alimentamos la confianza y la nobleza de nuestro hijo.
Cuando él era pequeño todo en mi matrimonio era un desastre y créeme que eso se reflejaba en su rebeldía. Hoy el amor hace milagros.
Es tu turno. Que tu casa sea un nido de abrazos, besos, caricias y de todo lo bueno que tienes para dar.