¿Te gustaría que tu hijo(a) se casara con alguien como tú?

En el matrimonio hay dos momentos en que somos ciegos, recién casados porque somos incapaces de ver los defectos de nuestra pareja, y cuando llevamos varios años que somos incapaces para ver los nuestros.
Hace dos años me pregunté si me gustaría que mi hijo se casara con alguien como yo, y la respuesta fue no. Esa pregunta me cuestionó de tal manera, que me llevó a ver que yo no era tan buena esposa como creía.
Cuando Jesús habló de que nosotros tratábamos de sacar la basurita en el ojo del otro, y no nos dábamos cuenta de que en nuestro propio ojo teníamos una rama, creo que tenía en mente a los matrimonios. Podemos llenar una hoja con los defectos de nuestra pareja, pero difícilmente llenamos un renglón con los nuestros.
Lo complejo es, que tener la humildad de reconocer nuestros propios errores, y trabajar en corregirlos, es uno de los pasos más importantes para transformar el matrimonio. Mientras los dos estén cómodos, justificando sus errores, difícilmente habrá futuro para la relación.
Si no te gustaría que tus hijos se casaran con alguien como tú, ¿Cuáles son las razones? Escríbelas, reflexiona, ora y CAMBIA.