Pequeñas historias de amor
Esta semana mi esposo me dijo que se sentía amado cuando yo en la noche le llevaba el agua y la pastilla de magnesio que yo tomo y él siempre olvida tomar.
Eso me puso a pensar: es tan fácil hacer sentir amada a tu pareja. Es tan sencillo hacer cosas bonitas por ella.
Estas historias son reales. Y cómo puedes ver son actos de amor cotidianos que no cuestan nada.
Yo puedo imaginar la sonrisa de Dios cada vez que haces algo lindo por tu pareja. Y ese debería ser nuestro objetivo cada día. Cuidar el corazón de tu esposo(a) es alegrar el corazón de Dios.